La escala y la velocidad de la crisis de COVID-19 ha dejado a los formuladores de políticas en busca de nuevas herramientas para abordar un desafío sin precedentes.
El seguimiento basado en la ubicación mediante GPS proporciona una mayor comprensión y precisión que, por ejemplo, pedirle a un paciente infectado que recuerde y vuelva a rastrear sus pasos.
Entre muchos otros elementos, estos sistemas con frecuencia emplean aplicaciones de teléfonos inteligentes con GPS para recopilar información y dirigir alertas a las poblaciones locales. El seguimiento basado en la ubicación mediante GPS proporciona una mayor comprensión y precisión que, por ejemplo, pedirle a un paciente infectado que recuerde y vuelva a rastrear sus pasos.
Los usuarios de teléfonos inteligentes pueden, y deben, tener una opción antes de habilitar las funciones de seguimiento en sus dispositivos, tal como pueden y deben ser informados de manera transparente sobre qué datos se compartirán y cuáles no.